sábado, 19 de enero de 2013

UNA VEZ FINALIZADO EL EJERCICIO FISCAL, LA AGENCIA TRIBUTARIA ENVIÓ UN INSPECTOR DE HACIENDA PARA AUDITAR LOS LIBROS DE UNA SINAGOGA. MIENTRAS LOS IBA COMPROBANDO, SE GIRÓ AL RABINO Y LE DIJO:
- OBSERVO QUE EL AÑO PASADO COMPRARON UN MONTÓN DE CIRIOS ¿QUÉ ES LO QUE HACEN CON LOS RESTOS DE CERA QUE GOTEAN?
- BUENA PREGUNTA -DIJO EL RABINO-. COMO NO NOS GUSTA DESPERDICIAR NADA, LOS VAMOS GUARDANDO Y LOS DEVOLVEMOS AL FABRICANTE Y, DE VEZ EN CUANDO, NOS ENVÍA GRATIS UNA CAJA DE CIRIOS.
- BIEN -RESPONDIÓ EL INSPECTOR-: ESO ES AUTOCONSUMO Y ESTÁ GRAVADO, ¿EH?. Y ¿QUÉ HACEN CON LAS MIGAJAS DE LAS GALLETAS QUE COMPRAN?
- PUES,... LAS RECOGEMOS, LAS VAMOS GUARDANDO Y LAS DEVOLVEMOS AL FABRICANTE QUE, DE VEZ EN CUANDO, NOS ENVÍA GRATIS UNA CAJA DE GALLETAS.
- MMMM... MUY BIEN -DIJO EL INSPECTOR-. OTRO AUTOCONSUMO GRAVADO. DÍGAME UNA COSA PARA FINALIZAR EL ACTA, RABINO. ¿QUÉ HACEN CON LOS PREPUCIOS QUE VAN QUEDANDO DESPUÉS DE LAS CIRCUNCISIONES?
EL RABINO YA NO SE PUDO CONTENER Y LE ESPETÓ:
- PUES ESTÁ CLARO. LOS VAMOS GUARDANDO Y LUEGO SE LOS ENVIAMOS A LA AGENCIA TRIBUTARIA QUE, DE VEZ EN CUANDO, MÁS O MENOS UNA VEZ AL AÑO, NOS MANDA UN CAPULLO COMPLETO.

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