Obviamente, y como siempre, experimentaron con ratones y demostraron que los ratones con el gen Polμ presentan un aumento de su vida media y mejores condiciones fisiológicas y metabólicas que los ratones control. Los ratones con Polμ muestran una mayor capacidad de aprendizaje asociativo a edades avanzadas, así como una mayor potenciación de los circuitos neuronales corticales, un mecanismo al que se le atribuye ser el sustrato nervioso de la capacidad de aprender y recordar.
El investigador Alfonso Fairén, del Instituto de Neurociencias (centro mixto del CSIC y la Universidad Miguel Hernández), que ha trabajado en este trabajo explica que el envejecimiento del organismo “está determinado por cambios fisiológicos deletéreos, universales, progresivos y fundamentalmente irreversibles, que están asociados a un daño acumulativo en todo tipo de moléculas, células, tejidos y órganos”.
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